Puf

No he dormido, no estoy durmiendo y ni siquiera creo que duerma. Tengo la cabeza a punto de estallar pero apenas he bostezado dos veces en toda la noche. ¿Sabes lo que me apetece ahora? Resguardarme bajo las mantas y cerrar los ojos.

Pero lo he intentado y no puedo.

Dentro de poco empezaremos a tener que pagar la televisión pública.

La tele se ha convertido en un aparato tan imprescindible en nuestras casas que incluso tiene un sitio especial en el salón rodeada de muebles que miran directactamente a ella estratégicamente colocados.

¿Y ahora nos quieren colar la tele?

¿Para eso tenían tanta prisa por la TDT?

¿Y si al gasto de la tele sumamos, la luz, el agua, el gas, el teléfono, internet...?

¿Qué coño buscan?

¿Y cuántas personas dejaran de ver la tele por este motivo?

Dios mío, creo que ninguna, por eso tiene un sitio de mención en nuestro salón.

¿Si pagamos la televisión pública sigue siendo pública? No lo creo.

¿Y por qué me hago preguntas estúpidas en vez de caerme de sueño?

Ni idea.

Me vuelvo a la cama.

Buenas noches.

No pienso pagar por una tele que lo mejor que me ofrece a las seis de la mañana es un zapping.

Deliro.