miércoles, 30 de abril de 2014

Pues vale


A veces creo que la gente no conoce a la gente. Nos pasamos horas con determinadas personas. Estamos durante semanas junto a ellas y en realidad no las conocemos, sino que creamos una manera de ser que encaje con la nuestra, como si fuera un puzzle perfecto que cuando lo miras de lejos en realidad ni siquiera tiene una forma parecida. Es de cajón. Todo el mundo me dará la razón. Y sin embargo caemos una y otra vez en los mismos fallos. 

Hay gente en mi vida maravillosa, no puedo estar siempre con todos ellos y tal vez no sea la mejor de las amigas, pero creo que son maravillosos. Pero también ha pasado gente por mi vida que parecía maravillosa y se ha quedado… En parecía.


Sin embargo en general mis pensamientos actuales, al igual que la mayoría de los que tengo normalmente no son más que pajas mentales. Y las cosas importantes son tan grandes que no las veo, como si me esforzara en ello.


Poner algo del rollo “hay que pensar en las cosas importantes” sería demagogia barata por mi parte pues para mí todo es importante, no sé dividir, no sé diferenciar.

Pero creo que nos deberíamos de esforzar por conocer a las personas, a las maravillosas para que sepan lo importante que son para nosotros, y a las que no lo son, para tener cuidado con ellas o separarse totalmente si la cosa se pone difícil.

No me hagáis caso, es la una de la mañana.

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